Tras un pequeño patio que invita a la intimidad, se abre uno de los tesoros más valiosos de la España multicultural de la Edad Media.
Las sinagogas medievales que se conservan en buen estado en España son solo tres, y Andalucía posee una de ellas. Al milagro de su preservación, se le añade el de su belleza, una fusión insuperable de las tradiciones artísticas de su época.
La Sinagoga de Córdoba, legado de la España judía
Junto a las dos sinagogas conservadas en Toledo, la de Córdoba es la única anterior a la expulsión de los judíos en 1492 que mantiene su estructura intacta. Hasta ese momento, reunió las prácticas y tradiciones religiosas de una comunidad que había enriquecido enormemente la cultura de toda Europa, con figuras tan importantes como Maimónides.
Un pequeño tesoro en una ciudad Patrimonio de la Humanidad
La sala principal mide apenas 6,97 por 6,37 metros, unas dimensiones muy reducidas. Sin embargo, la riqueza decorativa desborda esos límites y hace de la Sinagoga de Córdoba un prodigio artístico. Las yeserías mudéjares se entremezclan con inscripciones hebreas, motivos geométricos y formas vegetales, en un conjunto de gran finura que merece ser observado con calma.
Esa decoración sigue las tradiciones del arte islámico de la época, aunque se trate de un edificio judío. Este hecho hace de la sinagoga un testimonio de la Córdoba multicultural, uno de los pocos restos materiales que hablan de la vida en la judería cordobesa. Conserva, por ejemplo, la galería para mujeres, accesible por una escalera independiente.
Los avatares de un edificio de origen medieval
Los propios muros de la Sinagoga de Córdoba hablan de su origen; ahí, en caracteres hebreos, se menciona el año 5075 (1315 del calendario cristiano) y la dirección de Isaq Moheb. Más de un siglo de actividad como templo que se truncó tras la expulsión de la comunidad sefardí, y que daría pie a usos de lo más variado.
Entre las funciones que ha ejercido el recinto desde entonces se cuentan las de hospital, ermita cristiana e incluso escuela infantil, en el siglo XIX. Es en 1884 cuando se «redescubre» su origen, y comienza un esfuerzo para preservarla después de siglos alejada de su función primordial.
Una ventana a la vida judía de la España de la Edad Media
Aunque las sinagogas estuvieron sujetas a las restricciones de las autoridades cristianas, que imponían límites estrictos a sus dimensiones, la relevancia de la comunidad judía se palpa en cada detalle. Anteriormente, la Córdoba islámica había sido un destacado núcleo cultural del Mediterráneo, y los judíos participaron activamente en esa efervescencia, transmitiendo importantes textos científicos, filosóficos y médicos.
El centro de Córdoba rinde homenaje con una elegante estatua a quien fue la principal figura de ese pasado brillante: el influyente Maimónides. En otros ámbitos como la economía, también destacaron los judíos, que fueron artesanos, comerciantes, recaudadores de impuestos y médicos. La Sinagoga de Córdoba sigue permitiendo una inmersión en aquella época vibrante.
05/10/2025 | Fuente: España Fascinante