El vino y el pan son dos alimentos que no pueden faltar en la mesa del Shabat. El vino del Shabat es dulce, casher1 y con baja graduación alcohólica, para que toda la familia lo pueda compartir. Es bendecido por el hombre de la casa a través del Kidush, que es la bendición con la que se recibe el Shabat y que expresa el espíritu de esta celebración semanal: » Recordad la creación del mundo, recordad la salida de Egipto como esclavos y recordad la santidad del Shabat entre todos los días.»
El pan del Shabat, que son en realidad dos panes o un lejem mishne (pan doble), simboliza la doble porción de maná que había caído del cielo los viernes durante la travesía del pueblo de Israel a través del desierto. La costumbre es cubrir con un lienzo las hogazas de pan hasta su bendición, lo cual representa el rocío que cubría la maná al ser recogida cada mañana. Antes de consumir el pan bendecido se lo debe salar. Esto es porque a partir de la desaparición del Segundo Templo, los sabios han dicho que la mesa del Shabat es como un altar y la comida es, por tanto, una ofrenda. Pero para que sea ofrenda, debe llevar sal, porque la Torá enseña: «Con toda ofrenda traerás sal».

1Puro. Producto supervisado.

Por Débora Chomski