La nueva serie de Netflix adapta un éxito literario y sitúa buena parte de su historia en un entorno rural de singular belleza y raíces históricas. Viaje al Valle del Ambroz, en Cáceres, donde un pueblo con legado judío se transforma en escenario clave del thriller. En ese rincón de Extremadura, las calles empedradas, los bosques y la tradición judía conviven con la ficción. Pero ¿qué lo hace tan especial en la producción?

Hervás: un pueblo convertido en escenario de intriga

En plena sierra de Cáceres, el municipio de Hervás ha ganado protagonismo inesperado como el principal escenario natural de la nueva serie de Netflix, basada en una novela de Javier Castillo. Según adelantó ABC, la producción ha recurrido a los paisajes del Valle del Ambroz para reforzar el tono de suspense y aislamiento de su trama. La ficción recorre sus calles estrechas, su barrio judío y los frondosos paisajes, envolviendo al espectador en un entorno que realza el misterio.

Este enclave, conocido por su arquitectura tradicional de entramado de madera, ha sido elegido por la producción por su capacidad para recrear una atmósfera cargada de intriga. Su patrimonio histórico y natural convierte cada plano en una postal inquietante y sugerente.

Rodaje en plena naturaleza extremeña

La serie, dirigida por Laura Alvea y Juan Miguel del Castillo, trasladó su equipo técnico y artístico a distintos rincones de la comarca. Durante varias semanas, Hervás y municipios cercanos como Baños de Montemayor se convirtieron en platós abiertos, acogiendo una trama en la que el paisaje cobra un papel narrativo esencial.

El rodaje no solo transformó el día a día de los vecinos, sino que también activó el turismo y la actividad económica local. Comercios, alojamientos y servicios vieron un incremento significativo durante la estancia del equipo.

El alma del thriller en cada rincón

La serie sigue los pasos de Clara Merlo, una médica que tras recibir un trasplante de corazón se embarca en una búsqueda personal que la conduce hasta un pequeño pueblo. Aunque en la ficción no se menciona directamente, muchas escenas fueron grabadas en Hervás, cuyo entorno refuerza el componente emocional y enigmático de la historia.

Las imágenes muestran miradores rodeados de bosque, fachadas centenarias y una atmósfera cargada de simbolismo. Cada localización ayuda a construir el clima de tensión y ambigüedad que caracteriza a la adaptación televisiva.

Patrimonio, leyendas y emoción

El barrio judío de Hervás, uno de los mejor conservados de España, aporta un trasfondo histórico que enriquece la puesta en escena. Sus pasadizos, esquinas y balcones floridos contrastan con la oscuridad latente de la narrativa. El lugar ya contaba con un flujo constante de visitantes por su interés patrimonial, pero ahora suma una nueva dimensión ligada al universo audiovisual.

Además, el Valle del Ambroz, en el que se integra el pueblo, ofrece un entorno natural de alto valor ecológico. La serie ha contribuido a visibilizar este rincón, hasta ahora más conocido por rutas de senderismo que por su vínculo con la cultura pop.

Un destino que se redescubre

Con esta nueva visibilidad, Hervás entra en el radar de quienes buscan experiencias que mezclan ficción y realidad. El viajero puede caminar por los mismos lugares que recorre la protagonista, pero también detenerse en restaurantes tradicionales, alojarse en casas rurales con historia o explorar senderos que atraviesan el bosque de castaños y robles.

Este impulso como plató natural no es nuevo en España, pero cada vez más producciones optan por escenarios auténticos en lugar de recreaciones en estudio. En el caso de ‘El cuco de cristal’, esa decisión potencia el realismo y el impacto emocional.

Cómo llegar y qué ver

Hervás se encuentra a menos de tres horas por carretera desde Madrid. Las rutas de acceso están bien señalizadas y permiten una escapada de fin de semana o puente. Entre sus atractivos destacan el Museo Pérez Comendador-Leroux, la iglesia de Santa María y su tradicional mercado artesanal.

La experiencia puede completarse con la visita a eventos como el “Otoño Mágico”, una celebración anual que convierte la comarca en un espectáculo visual y cultural gracias al cambio de color del paisaje y una programación que incluye música, teatro y actividades para todos los públicos.

Así, la serie no solo ha traído una nueva historia al catálogo de Netflix, sino que ha situado a Hervás y su entorno como un punto de interés emergente para los amantes del thriller, el patrimonio y el turismo rural.

18/11/2025 | Fuente: ElConfidencial