El consumo humano de leche se remonta al Período Neolítico con el inicio de la agricultura y la cría de animales domésticos. En aquellos tiempos la leche se guardaba en pieles, tripas o vejigas animales. Cuenta la leyenda que la producción de derivados lácteos fue descubierta por casualidad por una joven pastora árabe, que había guardado leche en un odre de piel de oveja. Al cabo de algunos días de travesía la leche había fermentada y se había convertida en una crema grumosa de aspecto extraño. El hambre impulsó a la pastora a probarla y no le disgustó. Así surgió uno de los primeros productos lácteos, que es mencionado en las Sagradas Escrituras: la cuajada.

(Vaya mi agradecimiento a Rabí Daniel ben Itzjak, Raquel Warcowicki, Karina Chomski, Armando Carciente (Rabinato de Madrid),Tareixa Enríquez y Anselmo Segarra).

Propiedades de la leche
Desde el punto de vista nutritivo, la leche es un excelente aporte de calcio, proteínas y vitaminas para la formación de huesos y dientes. Durante la infancia y la juventud se aconseja tomar la leche entera, pues conserva la energía y las vitaminas A y D vinculadas a la grasa. En la edad adulta es importante mantener su consumo para una buena conservación de la masa ósea y prevenir la desmineralización de los huesos, causa frecuente de osteoporosis y las fracturas en adultos mayores. Como además contiene triptófano, -aminoácido con efectos tranquilizantes-, se recomienda el consumo de lácteos para combatir el insomnio y la ansiedad.

Intolerancia a los lácteos
A pesar de su calidad nutritiva, la leche de vaca está contraindicada en algunos casos como:

Intolerancia a la lactosa: es una enfermedad que se caracteriza por la incapacidad de digerir la lactosa, (azúcar de la leche). En consecuencia se producen gases, dolor de estómago, espasmos y diarrea. Cerca del 20 por ciento de las personas mayores desarrolla intolerancia a la lactosa. Según los casos y la edad, los yogures y los quesos maduros se toleran mejor.

Alergia a la leche: hipersensibilidad a las proteínas de la leche. La reacción alérgica puede causar rinitis o diarrea, pero también puede derivar en dermatitis y asma. Los alérgicos pueden sustituir la leche de vaca por leche de origen vegetal (de soja, arroz, patata, almendra, avena o avellana) que se compran en farmacias o dietéticas.