Del 10 al 30 de septiembre se celebra en la Filmoteca de Catalunya la 22 Edición del Festival de Cine Judío de Barcelona con un tema común, el de las supervivencias en sus infinitas declinaciones.

Un año más, la agenda cultural de Barcelona se enriquece con la celebración, del 10 al 30 de septiembre, de la 22ª edición del Festival de Cine Jueu de Barcelona. Una cita imprescindible de la programación cultural barcelonesa en la que que, fiel y puntual a su cita en la Filmoteca de Catalunya, se exhibirán un total de once películas.

El ciclo nos invitan a reflexionar: setenta y cinco años después del Holocausto y la bomba atómica de Hiroshima y Nagasaki, las imágenes aún sobreviven. ¿Cómo enuncian un pasado y un presente marcados por la devastación y las ausencias que atraviesan el siglo XX? La nueva edición del Festival de Cine Judío de Barcelona tiene este año como objetivo pensar en imágenes las supervivencias: las del cine, las de las lenguas, las de los recuerdos…

Las películas del Festival de Cine Jueu de Barcelona

Irradiés, del director camboyano Rithy Panh, una reflexión sobre el mal y la destrucción durante el siglo XX, abrirá esta 22ª Edición del Festival de Cine Judío. La persecución y el exilio han condicionado la evolución de ciertas lenguas del judaísmo, como el yiddish y el ladino. El documental Yiddish, de Nurith Aviv, rinde homenaje a la vanguardia poética de entreguerras escrita en idish, cuando aún era una lengua viva en Alemania, incidiendo en su vigencia actual. In Search of Ladino, de David Perlov, refiere el declive y posterior recuperación del ladino tras la expulsión de los judíos de España, con una película que devuelve a la vida la riqueza y la diversidad de la cultura ladina.

 

Fotograma de Irradies

Bukra Fil Mish Mish, de Tal Michael, muestra cómo, después de haber creado el primer dibujo animado del mundo árabe en el Egipto de los años 30, los hermanos Frenkel y su obra fueron borrados de la memoria del país por la animadversión contra los judíos que suscitó la instauración del estado de Israel.

Cuatro retratos de personajes singulares bien diversos completan la sección documental. Sigmund Freud, un juif sans Dieux, del francés David Teboul, es una aproximación intimista a un gran intelectual preocupado por el ascenso del fascismo.

Gracias a la invitación de Choreoscope, el Festival de Cine Judío participa en el estreno de The Euphoria of Being, de Réka Szabó, que deslumbra por vitalismo de Éva Fahidi, superviviente de Auschwitz Birkenau, que con noventa años se anima a participar en una coreografía con la bailarina húngara Emese Cuhorka.

 

The Euphoria of Being

En Las siete cajas, de Carles Canet, David Fontseca y Valentí Roda, la catalana Dory Sontheimer descubre sus raíces judías a los sesenta años, después de la muerte de sus padres.
Barak Heymann recoge en Comrade Dov la trayectoria de Dov Khenin, diputado en la Knesset del partido judío-árabe Hadash, y examina las heridas abiertas de la sociedad israelí contemporánea.

Tres ficciones redondean el programa de este año, abordando las relaciones familiares. Minyan, del estadounidense Eric Steel, nos lleva a la Nueva York de los años 80, la aparición del VIH en la comunidad homosexual y la emigración rusa de origen judío instalada en la ciudad de los rascacielos. Akik Maradtak (Los que quedaron), del húngaro Barnabás Tóth, expone con un lirismo conmovedor la esperanza de una adolescente por reencontrar a la familia perdida durante la Shoá. Y À coeur battant, de Keren Ben Rafael, pone a prueba la resistencia
del amor de un joven matrimonio que, a caballo entre París y Tel Aviv, se ve obligado a compartir la rutina cotidiana, bebé incluido, mediante video llamadas.

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